martes, 14 de febrero de 2012

Buenos Aires, 1945, Puerto Madryn 1946: un nuevo comienzo.




Buenos Aires, 1945. Puerto Madryn, 1946: Un nuevo comienzo.

                Llegar a un nuevo país para Hannes, con 33 años, con dos hijos, sin nada, sin techo propio y luego de duros años de cárcel, no debe haber sido nada sencillo.
                La historia en Buenos Aires fue breve. Rodolfo -Onkel Rudi- efectivamente le brindó empleo. Rodolfo había sido empleado muchos años de Staudt. Su función era gerencial y sus conocimientos en lana eran invalorables.

                Cuando Rodolfo vuelve de Brasil de buscar su hermana, en Staudt incomprensible y ofensivamente le notificaron:
                - Sr. Grimm, éste viaje a Brasil deberá Ud. computarlo como sus "vacaciones".
                Parecía increíble. Pero era evidente que hablaban en serio. No lo pudo soportar. Es posible que haya sido el motivo de su renuncia y el comienzo de su propia firma lanera, Exportland.

                El 24 de diciembre de 1945 la familia festejaba Navidad. Todos juntos. Pero la vida no deja de darnos sorpresas y cada vez que superamos un obstáculo siempre aparece uno nuevo.
                Rodolfo comenta durante la cena que fue llamado por la Embajada de Estados Unidos, donde le informaron que sería sacado de la Lista Negra (con lo que comercialmente implicaba por la posibilidad de exportar a todo el mundo) "siempre y cuando" no tuviera en la firma "ningún" empleado de nacionalidad alemana.

                Hannes y Frieda comprendieron rápidamente. Hannes era alemán y no podía constituir un obstáculo para Rudi.
                Cada vez más al sur. El nuevo destino era Puerto Madryn, donde Oma y Opa los recibirían con gusto en dos piezas de chapa que había en el patio de aquel hermoso chalet que Opa había construido en Roca al 500 cuando se casaba con Oma treinta y cinco años antes.

                El futuro era nuevamente incierto. Otra vez sin techo propio. Sin trabajo. Sin dominar correctamente el idioma, ni por Hannes, ni por Pedro ni Doris que hablaban mejor el portugués que el castellano. O al fin hacían una mezcla que nadie entendía.
                Viajaron desde Buenos Aires a San Antonio Oeste en tren. De allí a Madryn en colectivo, donde al fin llegaron a  principios de enero de 1946, a una localidad que finalmente los cobijó para siempre, en la que nuevamente con esfuerzo y mucho sacrificio, cómo verán, reconstruyeron los años perdidos, nació un tercer hijo, Juan Carlos, y criaron, alimentaron y educaron a los tres.


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