lunes, 13 de febrero de 2012

Puerto Madryn, 1954: La Ana Isabel.




Puerto Madryn, 1954: La Ana Isabel.

                Así las cosas por estos años. Todo marchaba regularmente bien. Había trabajo, la familia se reencontraba, la paz reinaba en Argentina y Alemania. El horizonte se había despejado finalmente, permitiendo ver hacia adelante con más optimismo y seguridad. En junio de 1956 Hannes se naturaliza argentino, marcando con su actitud un punto de inflexión en su vida: la implícita decisión de no retorno a su patria de origen y un agradecimiento subyacente a la normalidad que le había brindado éste país.

                Tan normales y bien marchaban entonces las cosas, que su espíritu de hombre de mar lo tentó a volver sobre el tema.
                Decide comprarle a Juan Meisen la "Ana Isabel", pesquero de unos 12 metros. Su trabajo en Diego Meyer y Cia. le había permitido ahorrar unos pesos, si bien es cierto que la compraron barata,  había que arreglarle muchas cosas.
                Así entre Pedro, Hannes y Nuncio Decaro la fueron poniendo en condiciones de navegar, calafateando, haciéndole una cabina, reparando ... La habían puesto en el terreno baldío de al lado de casa, justo donde hoy hay un edificio enorme de departamentos.

                Al fin estuvo en condiciones de meterla en el agua. Así la recibió el Golfo Nuevo y la anclaron frente a casa. Pero el entretenimiento buscado le generaba muchos dolores de cabeza a Hans, y más de una noche de tormenta, la pasaba despierto mirando si la Ana Isabel seguía anclada en su lugar. Por otra parte en el Golfo Nuevo no encontraban mucha pesca.
                Decidieron llevarla al Golfo San José, al Riachuelo. El Riachuelo es una rada natural a unos 50 km. de Puerto Madryn, que siempre está con agua. Es un pequeño río de agua salada. Cuando la marea subía podían salir a navegar. Para regresar debían también esperar marea alta.

                En el Riachuelo la Ana Isabel no corría peligros de tormentas ni tempestades. Todos volvieron a dormir tranquilos. Además hicieron una pieza de bloques en la que guardaban las cosas y ocasionalmente dormían.
                Los fines de semana Pedro, Hannes y Emilio Gonzales se dedicaban a la pesca con la Ana Isabel en el Golfo San José. Un Golfo casi virgen en el  que nadie había aún encontrado salmoneras.
                Encontraron muchas, pero la más grande unos 5 km. mar adentro frente a la Isla de Los Pájaros. Había allí muchísimo salmón de mar, enormes, de hasta 30 kilogramos. Era tan fácil pescarlos - lo hacían con líneas - que a veces picaban hasta sin carnada. Nunca pescaban más de 1000 kilogramos porque la camioneta - una Chevrolet 1953 - no podía llevar más peso.

                A veces los acompañaba el resto de la familia. Otras veces, en vez de ir a pescar, caminaban kilómetros y kilómetros por las inmensas playas que quedan descubiertas  cuando baja la marea en el Golfo San José, frente al Riacho, a buscar pulpos y mejillones. Estos eran enormes porque nunca nadie había frecuentado esas restingas.
                Al fin todo lo pescado se vendía en la fábrica de  Maquiavello. Los viajes de Puerto Madryn al Riachuelo tenían una parada obligada en El Desempeño, pequeño boliche de campo sobre el camino, propiedad del Sr. Mitre quién padecía de parálisis pero no de chusmosis, por lo que allí se enteraban de las "novedades" de la zona, y, viceversa..
                No todo fue agradable y sobre rieles con la Ana Isabel en el Golfo San José. Muchas veces les tocó tormenta en el mar y no podían regresar al Riachuelo hasta que hubiera marea alta. Entonces debían capearla cómo podían buscando amparo al reparo de alguna punta del Golfo. Otras veces, muchas, renegar con el magneto del motor, que con humedad los volvía locos.

                Por esos años Hans fumaba - y mucho - lo que generó un incendio en la Ana Isabel. Estaban recostados en la proa, él fumaba y tiró el pucho por la escotilla sin mirar donde caía. Cayó sobre una vela que finalmente se prendió fuego. Por suerte pudieron dominarlo pero el susto fue muy grande.

En 1959 se cansaron. Hannes vendió la Ana Isabel a unos japoneses. Pedro ya había sido llevado a Bahía Blanca por Don Raul Meyer, el pescado ya no se vendía tan bien cómo antes, y Hans - sólo - perdió mucho del  interés inicial

                Todos estos años obviamente la familia comió mucho pescado! De todo tipo y de todas formas: pejerrey, lisa, salmón, mero, pulpo, mejillones ... la lista no terminaba nunca. En escabeche, al horno, chupin, en milanesa ... También para los chicos "aceite de hígado de bacalao" para fortificarlos, aceite por cierto realmente asqueroso ! También comimos mucha martineta en escabeche, porque en los viajes de pesca, tanto a la ida como a la vuelta cazaban. Y había muchísimas por ese entonces. A veces nos tragábamos algún perdigón, porque cazaban - Pedro por sobre todo - con un Winchester al que le habían sacado las estrías y tiraba cartuchos del 12 chico.

                Así transcurrieron estos años en el que todo paulatinamente comenzaba a mejorar. Fue una etapa en la que poco a poco Frieda y Hans -sobre todo- comenzaron a olvidar los malos momentos de Porto Alegre, el trabajo y la vivienda propia se convirtieron en realidad, los chicos crecían y estudiaban y trabajaban normalmente.
                No fue exactamente así, pero fueron años en que la familia "vivía de la caza y de la pesca" ! Pero fueron felices ... y comieron perdices ! Y muchas.







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