domingo, 12 de febrero de 2012

Se anclaron ... es un decir !!!




Puerto Madryn, 1984-1995 : "Se anclaron" ...  es un decir !

                Si algo envidiaron sus hijos, creo que coincidiremos, es el espíritu de sus padres. Primero para sobreponerse de la guerra y volver a arrancar de la nada. Luego para sobreponerse de las luchas de la pesca, de los trabajos de escritorio tan desagradables para Hannes, del fracaso de Los Cuervos... Pero además de ese espíritu - compartido - de hacer siempre algo nuevo, de una actividad distinta que desarrollaban y de más trabajo que agregaban,... estaban los viajes!

                Nunca se anclaron. No se ancló Hannes en Hamburgo. Tampoco en Porto Alegre. Tampoco en Buenos Aires ... Únicamente se "anclaron" a una ciudad que contiene su mayor historia y que tanto quieren. Cómo su "residencia principal".
                Tantas malasangres que pasaron no son para desearle a nadie. Pero tantos viajes que hicieron son para recomendarles a todos.

                Fueron a la Patria de origen, Alemania  de marzo a junio de 1958. Volvieron a ir desde abril a junio de 1964. Mumfi y Guschen gozaban de buena salud y el reencuentro los llenó de alegría. Pasearon por Alemania y Suiza, especialmente Cavigliano.
                Hicieron un tercer viaje de abril a mayo de 1974 en el que ya no pudieron volver a ver a Mumfi y Guschen : habían fallecido.

                Viajaron en barcos, en el Monte Pascual, en el Alianza, en el Brehmer, en el Rio Bermejo, en el Traful, en el Carcarañá, en el Federico C ... Viajaron en avión, en Junkers, en DC-3, en DC-6, en Boeing 727 ... Viajaron en trenes a vapor, de trocha angosta y ancha, en trenes súper veloces ... Viajaron en carros, en "baratiña", en chevrolets 46, 52, 53, 57 ... También hubo Fords y Volkswagen, Rastrojero, Renault, con y sin casa rodante ...! Viajaron a leña, a vela, a remo, a agricol, a gas-oil, a nafta y a JP-1!  Viajaron de cuanta forma pueda uno imaginarse al compás del desarrollo tecnológico que los fue envolviendo. Lo acompañaron, lo aceptaron y lo gozaron.

                Recorrieron la Argentina de punta a punta. Recorrieron Chile en todo su largo. Volvieron a Puerto Alegre y veranearon en Florianópolis en varias oportunidades, perdonando y enterrando en el olvido las penurias pasadas. Por supuesto no dejaron de lado al Uruguay y otros países de Europa.
                Visitaron decenas de veces - por no decir cientos si las acumulamos - a sus hijos en cuanto destino estos estuvieron : a Pedro en Bahía Blanca, Sierra de la Ventana,  Buenos Aires, Mendoza, Viedma, Comodoro Rivadavia, Rio Mayo ... A Doris en Bariloche, Esquel, Las Doritas, Trelew ... A Hansi en Balcarce, Córdoba, Venado Tuerto ... Fueron a las termas de Mendoza, a las termas de Rio Hondo durante muchos años, a Tucumán, a Tierra del Fuego ...

                Es imposible contar de tantos viajes! Ni qué hablar, porque se habrá perdido la cuenta, de la infinidad de viajes hechos a El Bolsón. Ni tampoco de los "viajes locales" : nadie en Puerto Madryn ha de haber viajado por la Península Valdez tanto cómo ellos, ni ha recorrido las localidades de la provincia tantas veces.
                Y esto no es una exageración. Es un resumen obligado, incompleto, del espíritu que permanentemente los empujó a los dos - a pesar de su "aparente" serenidad ! - a emular la hormiguita viajera.
                Siempre llegaron de nuevo a buen puerto.

                Más allá de que tuvieron a veces imponderables!!
                Volvían de visitar a Doris y Horacio en La Dorita,  los acompañaba Hansi. Partieron de regreso a Madryn una tarde que comenzaba a nevar.
                Era mucha la nieve que caía. El camino no se veía más. Tomaban referencias de los puestos que pasaban. La camioneta por suerte iba cargada de plumones y algo de comida. No se pudo seguir. En un puesto -sin gente- a la vera del camino, en un galpón lleno de alfalfa seca, pasaron la noche.
           A la mañana siguiente, volviendo al primer puesto habitado que habían dejado atrás se enteran de la temperatura: 20 º bajo cero ! No murieron congelados por los plumones.

                Otro viaje también a La Dorita, en la Chevrolet 57, en la bajada a Trelew que entonces era de ripio, nevaba levemente. Pero el camino estaba barroso y la bajada era peligrosa. En la chata viajaban Hannes, Frieda, Hansi y un amigo. Frieda al lado de Hannes. Muy apretados todos. La chata coleó, se enderezó, volvió a colear ... cada vez más velocidad ... a la banquina llena de agua y barro ... cada vez más velocidad ! No paraba, por el contrario cada vez iba más rápido! Hasta que Hannes  interpretó lo que pasaba...
                - Que las parió!! Saca la pata del acelerador!!
                Pobre Frieda. Con el susto de las coleadas de la chata se había afirmado en el piso de la cabina y sin darse cuenta apretaba el acelerador a fondo!

                O cuando con el Rastrojero y la casilla a remolque en aquella bajada de Paso de Indios Hans se quedó con el volante en la mano ...
                O cuando, veraneando en Florianópolis, Hannes tuvo que llevar de urgencia y en avión a Frieda a Buenos Aires a operar ... dejando el Kombi Volkswagen que más tarde tuvo que ir a buscar.

                También les ocurrieron cosas más graciosas. En La Travesía, tramo de Esquel a Trelew, en uno de sus tantos viajes, pararon a cargar nafta en Bajo Las Plumas. Nevaba. Mucho frío. La camioneta tenía calefacción. Iba Hannes, Hansi y Frieda.
                El viaje era largo. Había que ponerse cómodos. Cuando llegaron a Las Plumas, Frieda entró al bar mientras Hannes y Hansi cargaban nafta. Estos luego entraron al bar a tomar un café caliente.
                Frieda los esperaba en una mesa. Lloraba ... pero de la risa !
                - Qué te pasa - pregunta Hannes.
                - Nada!
                - Pero ostias! Estás llorando de la risa y decís que no te pasa nada?
                - No. No me pasa nada!
                El dueño del bar y otros dos hombres miraban con disimulo y mucha seriedad sin decir ésta boca es mía.
                Al fin Hannes no insistió. Porque es de pocas pulgas. El viaje siguió. Y ahora, sin dejar de llorar de la risa, Frieda al fin habló:
                - Saben que me pasó ?!!
                - No, pero vos decís que no te pasó nada! - con rabia Hannes.
                - Es que no te podía contar en el bar!
                - Cuando veníamos viajando yo me había aflojado el cinturón para estar más cómoda. Cuando llegamos a Las Plumas me olvidé que lo había aflojado. Cuando entré al bar, saludé a los tres señores, y refregándome las manos, les decía que frío que hacía. Ellos miraban mis piernas ... !
Qué me cuentan que se me habían caído los pantalones y yo no me había dado cuenta! Cómo para no llorar de la risa ... y pobres ellos se aguantaron cuando vos entraste.

           Tantos años los acompañó Beatriz. Ella fue como una madre, querida por todos, siempre de buen humor, alegre y sonriente. Un lindo pensamiento para recordarla y llevarla en los corazones de toda la familia.



                Al Dr. Isóla, siendo Administradora del Hospital en Madryn, Frieda le contaba uno de sus famosos viajes en Junker de Puerto Alegre a Buenos Aires. Aquél viaje que había hecho en invierno ...
                - Sabe Dr. el frío que tenía cuando bajé  del avión en Pelotas! (localidad de Brasil)
                - Y ...  - muy sorprendido el Dr. Isola -  ...también señora !
                - No Dr.! !Pelotas es una ciudad de Brasil !  - aclaró con mucho rubor Frieda.

                 Y aún no se anclaron! Todavía los acompaña el ánimo y la salud suficiente cómo para seguir.
Van a tomar mate al Doradillo, a Playa Paraná, al Faro... Frieda teje para su bisnieta Sofía. Hannes hace su jardín, sus uvas, sus ciruelas ... y en verano se distrae con sus dos tortugas !
                También se ocupa de que la casa esté en orden: pintura, poda, caños congelados en invierno. No sólo se ocupa. Reniega mucho pero le es común!
                Siempre reciben algún conocido o familiar. Muchas veces en verano pasan treinta días con Tante Rosie en Bahía Craker.
                Otras vienen los sobrinos de Alemania - que tanto les gusta la Argentina - y los visitan. Cómo éste próximo diciembre.
                Tienen en Puerto Madryn el mar que conecta  su imaginación al mundo. La brisa que refresca las tardes y trae del Este el "aire de primera mano". Los barcos y lanchas pesqueras que tantos recuerdos les traen. Y cientos de amigos que tanto los aprecian porque más allá de todos los sufrimientos por los que atravesaron, de las penurias y dificultades, siempre fueron dos personas de bien, sensibles a los problemas ajenos, y que supieron vivir en armonía con ellos mismos y con el resto de la comunidad.



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